Status ► ABIERTO | |
Supervisor | Líder de práctica de CPR |
Type of contract | Contrato Individual |
Location | Ciudad de Panamá |
Opening date | 23 de marzo de 2012 |
Closing date | 15 de Abril de 2012 |
Qualified candidates are invited to submit their application together with the Personal History Form (P11), and submit it with an economical proposal to: |
Diplomado de Seguridad Ciudadana
quarta-feira, 11 de abril de 2012
Oportunidad: Asistente de Investigación en Seguridad Ciudadana
sexta-feira, 2 de março de 2012
Cárceles rebasadas
Aparte del hacinamiento que hay en los penales del país, algunos reos han denunciado trato inhumano, actos de corrupción y hasta tráfico de droga. “Las cosas en el Sistema Penitenciario se mueven con dinero; si querés conseguir un arma, droga o tener visitas más frecuentes, tenés que pagar.
Para los guardias es una mina de oro y no tengo temor de decir que la corrupción comienza con el director hasta los llaveros”, sostuvo Eduardo José Ibarra Largaespada, alias “El Tata”, quien estuvo detenido tres años y ocho meses en el Sistema Penitenciario de Granada. Más información DEPARTAMENTOS 7
quinta-feira, 22 de setembro de 2011
Aquí no pasa nada
Las mujeres no nos hemos resignado. Todos los días insultamos, gritamos y hasta lloramos de rabia. Pero nada cambia. El acoso es cotidiano y, salvo protegernos con sprays de pimienta o clases de karate, no tenemos mucho más que hacer. Cuál debería ser nuestra estrategia: ¿Acercarnos al policía de la esquina? ¿A decirle qué: “A ese señor le gusta mi poto”? No pues. Nadie está dispuesta a pasar por tremenda humillación por las puras. Al acosador no lo van a encarcelar, y lo más probable es que al policía le parezca que llevamos la falda muy corta y que la culpa es nuestra.
Así estamos. La violencia contra la mujer crece a pasos agigantados, y la ministra Aída García Naranjo tiene el firme propósito de enfrentar el problema con una justicia de género. Es decir, dictando leyes severas y específicas que reconozcan el feminicidio, sancionando efectivamente a los culpables. Y todo eso está muy bien. Sin embargo, cuando veo a una chica, aterrada, pasando al lado de una turba de escolares que se la comen a groserías, no puedo dejar de pensar que este es un tema muy complejo que ni las leyes ni las líneas de ayuda van resolver, porque insistimos en plantear soluciones para cuando el daño ya está hecho. La gran pregunta es: ¿Cómo convencemos a los hombres de que las mujeres merecemos respeto siempre? ¿Cómo nos adelantamos para evitar el golpe en lugar de curar el ojo morado?
Para que un problema se resuelva, el primer requisito es que los involucrados se enteren de que existe. Las mujeres lo tenemos bastante claro. Y si por casualidad nos olvidamos, zas, aparece el vivazo de turno con un piropo vomitivo y nos devuelve a la triste realidad. Hace unos días, por ejemplo, apareció un enfermito en el Twitter (la red social de moda) y, entre otras gracias, nos amenazó a varias mujeres con violarnos salvajemente. Suena terrorífico, ¿no? Pues lo es. A modo de experimento y de queja por las agresiones, escribí esta frase en mi cuenta que puede ser vista por más de 17 mil personas: “La peor desigualdad entre los hombres y las mujeres es que nosotras vivimos con miedo: con miedo a que nos violen en el taxi, a que nos acosen, a que nos peguen... Miedo a que no nos alcance la fuerza para defendernos”.
Y las respuestas, como se imaginarán, fueron de lo más diversas. Obviamente, la gran mayoría de mujeres se sintió identificada y contó alguna experiencia traumática. Pero no pocos hombres se pusieron a la defensiva y negaron el problema, con respuestas indignantes o que denotaban una absoluta ignorancia de lo que realmente ocurre. @Carlos_Zafra, por ejemplo, me escribió: “Mayor miedo es que nadie te quiera violar”. El solícito @renatomast me lanzó la siguiente perla: “Quién te ha metido la mano, preciosa”. Al reflexivo @Deiver20 le dio por regañarme: “Totalmente exagerado, yo no soy machista, las cosas malas nos pasan por igual a los hombres y mujeres”. @MauricioRozasV se puso poético: “El ser humano siempre está inconforme. Si guapas... que las acosan mucho. Si no-guapas... que nadie las mira”; y a @pericosSAP se le salió una típica vulgaridad de macho: “Lo único que me da miedo es dejar a una mujer con ganas. Me pone los cuernos. Debo acabar después de Ella”.
Y esto es solo una muestra. Más allá de la falta de creatividad y de la pobreza de respuestas, creo que el punto está claro: muchos hombres en el Perú son incapaces de siquiera ver el problema. Para ellos, aquí no pasa nada, nos tildan de paranoicas, de locas histéricas, mientras van pensando el nuevo piropo vulgar con el que harán sonrojarse a esa mamita rica que se asoma por la esquina.
terça-feira, 30 de agosto de 2011
Diálogo Democrático: Manual para Practicantes
segunda-feira, 22 de agosto de 2011
Municiones: combustible de la violencia
La escasez de munición podría reducir la intensidad de un conflicto o detenerlo del todo
Los estudios y registros que se llevan a nivel mundial reflejan que cientos de miles de personas mueren cada año como consecuencia del uso indebido de armas de fuego pequeñas y ligeras. Estas armas no solo son usadas para violar el derecho internacional humanitario en conflictos armados o vulnerar las normas internacionales de derechos humanos por parte de organismos de seguridad pública, sino que de igual manera son empleadas por delincuentes comunes para delinquir y atentar contra la vida y la integridad de sus víctimas.
Las municiones que utilizan las armas pequeñas son un combustible que perpetúa la vulnerabilidad de la vida humana y favorecen la permanencia del ciclo de la violencia. Si bien es sabido que las armas en sí mismas no son la causa de la violencia, ellas hacen que ésta sea mucho más letal y aumente exponencialmente el número de víctimas y de personas que quedan con lesiones graves de por vida. La escasez de munición podría reducir la intensidad de un conflicto o incluso detenerlo del todo. En un informe especial de la organización internacional Oxfam International (www.oxfam.org), se comenta, por ejemplo, cómo en el conflicto armado sufrido hace algunos años en la República Centroafricana, los combatientes llegaron a tirar sus armas porque no tenían la munición adecuada para ellas; o el caso de Somalia, donde el precio que se pagaba por una sola bala alcanzó la cifra récord de un dólar y medio.
La falta de esta "materia prima" de la muerte marca el destino de los conflictos y quienes tienen interés en mantenerlos vivos o lucrar a costa de ellos lo saben perfectamente. Lo mismo ocurre a nivel de la delincuencia común. Acceder a las municiones termina siendo incluso de mayor interés que obtener armas ilegalmente para delinquir.
La producción de municiones es un negocio de escala mundial. Existen como mínimo 76 Estados que fabrican municiones para armas ligeras a nivel industrial (uno de ellos es Venezuela) y la cifra va en aumento a medida que más países adquieren el equipamiento para su fabricación. Se calcula que la producción global anual de munición para armas pequeñas está entre 10 y 14 mil millones de unidades.
Asimismo, se sabe de la existencia de enormes arsenales de munición, de los que proceden cientos de millones de unidades de munición que van a parar a zonas de conflicto con la ayuda de una red global de traficantes y comerciantes de armas.
El impacto que las transferencias irresponsables de munición tienen sobre la vida de las personas y sus comunidades es enorme, y los controles internacionales sobre su comercio son insuficientes o considerablemente más débiles que aquellos que se aplican sobre otras categorías de armas. Las estadísticas indican que sólo existen datos referentes a la exportación del 17% de los 10 a 14 mil millones de balas que se fabrican cada año; esto significa que no existen datos fiables sobre 10 mil millones de unidades.
Controlar y extirpar el negociado criminal que representa la venta ilegal de municiones es una tarea prioritaria en la lucha contra la violencia con armas en nuestras sociedades.
pabloefb@yahoo.com
Cartilla pedagógica “Políticas públicas de inclusión social de la población afrodescendiente”
http://www.escuelapnud.org/afrodescendientes/